Llevo muchos años viviendo sobre la faz de la tierra 
y miles mas viviendo en las tinieblas eternas...
Soy un alma solitaria y creo que seguiré así hasta el fin de mis tiempos...
Me gusta alimentarme al despertar...
Y nunca me alimento de la sangre de los animales...
No hay nada que me sacie mas que la sangre de los humanos...
La noche es parte de mi esencia...Su oscuridad es mi cómplice... 
Y la luna es mi amada eterna... 
Uno de mis placeres son los libros y la observación nocturna...
Se que tal vez no lo creas...Pero soy la madre y reina de los vampiros...
Si es que aún quedan de ellos sobre la faz de la tierra...
Puedes seguir tu camino o detenerte ante mi...Y caminar a mi lado...
Seras aceptado solo si crees en la magia...
Si es así...Sigue mis pasos...En este mundo que ante ti se abre..

domingo, 13 de noviembre de 2016

en Carcasona. La ciudad es conocida por su ciudadela amurallada

en Carcasona.
La ciudad es conocida por su ciudadela amurallada, un conjunto arquitectónico medieval restaurado por Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX y declarada en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Hacia el año 800 a. C., la ciudad, situada en una colina, se convirtió en un importante centro de intercambio comercial. Desde la época prerromana, han existido fortificaciones en la colina que hoy ocupa Carcasona. La ocupación más antigua conocida del lugar se remonta al siglo VI aC, con la construcción de una fortaleza (oppidum) en el promontorio rocoso que domina el valle del Aude y los viejos caminos desde el Atlántico hasta el Mediterráneo y unen la Península Ibérica con el resto de Europa. En el año 27 aC., esta población, Carcaso Volcarum Tectosagum, se convirtió en la colonia Iulia Carcaso. Durante los turbulentos años de finales del siglo IV aC y comienzos del III, la ciudad se protegió con la construcción de un muro de unos 1200 m de largo. La fortificación constaba de dos líneas de murallas y un castillo, a su vez rodeada de fortificaciones que se extienden una longitud total de 3 km. La ruta, seguida en gran parte de la muralla romana, que es claramente visible en dos tercios de su longitud. Las murallas romanas se reforzaron con bastiones en forma de herradura situados a intervalos regulares. La técnica de construcción es típica de la época romana tardía: un núcleo de mampostería revestido de piedra de cantería, alternando con tramos de ladrillo, todo ello sobre sólidos cimientos. La puerta de Narbona, al este, y la puerta del Aude, al oeste, son elementos defensivos particularmente elaborados —

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