Llevo muchos años viviendo sobre la faz de la tierra 
y miles mas viviendo en las tinieblas eternas...
Soy un alma solitaria y creo que seguiré así hasta el fin de mis tiempos...
Me gusta alimentarme al despertar...
Y nunca me alimento de la sangre de los animales...
No hay nada que me sacie mas que la sangre de los humanos...
La noche es parte de mi esencia...Su oscuridad es mi cómplice... 
Y la luna es mi amada eterna... 
Uno de mis placeres son los libros y la observación nocturna...
Se que tal vez no lo creas...Pero soy la madre y reina de los vampiros...
Si es que aún quedan de ellos sobre la faz de la tierra...
Puedes seguir tu camino o detenerte ante mi...Y caminar a mi lado...
Seras aceptado solo si crees en la magia...
Si es así...Sigue mis pasos...En este mundo que ante ti se abre..

jueves, 22 de diciembre de 2016

TEMPLO DE BACO EN BAALBEK (LIBANO)









A 85km. al norte de Beirut se halla la localidad de Baalbek, situada en un punto alto sobre el fértil valle de la Békaa. En 1984 se inscribió Baalbek en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, como ejemplo único de un santuario de la época del Imperio romano. En él encontramos la simbiosis entre la arquitectura clásica romana y los detalles del culto oriental. El sitio arqueológico de Baalbek recibe unos 80.000 visitantes / año. El aura mística del área de Baalbek se remonta al menos al primer milenio antes de Jesucristo; se han encontrado evidencias de la construcción de un altar semítico. Durante el período helenístico (333-64 a.C.) se identificó al dios nativo con el Sol y el lugar fue denominado Heliopolis, “la Ciudad del Sol”. Con la llegada de los romanos, tras la campaña de Pompeyo Magno en el 64 a.C. comenzó realmente la época dorada de Heliópolis. En el 15 a.C., bajo Augusto, se fundó la colonia de Iulia Augusta Felix Berytus con veteranos licenciados de las legiones, que también se instalaron en Baalbeck. Durante tres siglos, los sucesivos emperadores romanos la enriquecieron con nuevos templos, desde Augusto hasta Constantino. Con este último, la sacralidad del lugar llegó a su fin, en el 313 d.C., con la oficialidad del Cristianismo en el Imperio y el cierre de los templos paganos de Heliópolis. A finales del siglo IV d.C., el emperador bizantino Teodosio destruyó algunos de los edificios más significativos de Heliópolis, como los altares de la gran explanada de Júpiter, levantando con sus piedras una basílica cristiana. Tras la conquista árabe, en el 636 d.C., los templos se transformaron en una fortaleza musulmana. Las primeras excavaciones arqueológicas en Baalbek se llevaron a cabo en 1898 a cargo de la Misión arqueológica alemana. A partir de 1922 se comenzaron a realizar trabajos de restauración en los templos a cargo de expertos franceses y libaneses. Los principales monumentos de Baalbek se encuentran en el área de la Ciudadela árabe o Qalaa. El complejo del Gran Templo cuenta con cuatro secciones: la entrada monumental o Propylaea, el patio exagonal, la gran explanada y el templo, propiamente dicho. Templo de Baco Elevado sobre un podio de 5 metros de altura, mide 69 por 36 metros y se accede a él por una escalinata con 33 peldaños. Estaba precedido por patio porticado con un acceso monumental. Se remonta a la mitad del siglo II (Antonio Pío, 128-161) y se trata de un templo períptero con ocho columnas sobre el frente ("octástilo") y quince sobre los lados largos, estando muy bien conservado (salvo el techo de la cella y parte de las columnas laterales). Las columnas estriadas alcanzaban con basa y capitel una altura de 19 metros y también en este caso el friso estaba decorado con prótomes de toros y leones. El enmarcado del portal de ingreso de la cella presenta frisos figurados y una decoración que relaciona el templo con el dios Baco, aunque el techo del portal muestra un águila con un caduceo, atributo típico del dios Mercurio. El culto del dios local, con características similares a las del griego Adonis, consistía en la utilización de vino, opio y de otras drogas para alcanzar el éxtasis religioso. En el interior de la cella las paredes laterales están decoradas con hornacinas sobre dos órdenes: las inferiores son superadas por frontones arqueados y las superiores por frontones triangulares; las hornacinas son encuadradas por semicolumnas corintias. Sobre el fondo del templo un ádyton contenía la estatua del dios. En el ángulo sureste del templo se construyó a la vez una torre, que en el siglo XV, en época de los mamelucos, era la residencia del gobernador local.

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