El Castillo de Frederiksborg, en Hillerødes, Dinamarca, es el castillo más grande de Escandinavia y el mayor ejemplo arquitectónico del Renacimiento danés. Es uno de los castillos más extensos del norte de Europa y se erigió sobre tres pequeñas islas situadas en un lago. Fue nombrado en honor a Federico II y construido entre 1560 y 1630. La familia real lo habitaba cuando Dinamarca era una monarquía absoluta que se extendía hasta Noruega. Su interior es una mezcla de estilo renacentista, barroco y neoclásico. Cuenta con un impresionante patio de armas, una capilla en la que se guardan los escudos de armas de todos los caballeros daneses, así como un salón de baile y grandes jardines.
En 1520, Federico II adquirió los terrenos y comenzó la construcción del castillo. Sin embargo, durante los años 1600-1620, su hijo Cristian IV decidió acabar con la estructura de su padre y construir el castillo renacentista que podemos contemplar hoy, obra de Hans van Steenwinckel el Antiguo. Durante la construcción del nuevo castillo, Cristian IV vivía en una casa de verano de gran inspiración italiana llamada Sparepenge, construida en el lado opuesto del lago. El Castillo de Frederiksborg fue utilizado como residencia real durante los siglos siguientes.
En 1720, la casa de verano de Cristian IV fue demolida y reemplazada por un jardín barroco. El castillo fue restaurado en la década de 1730, pero finalmente dejó las funciones de residencia real hacia el final de la década de 1700, usándose como lugar para albergar la colección de retratos reales.
A comienzos del siglo XIX recibió un nuevo impulso cuando Federico VII decidió convertirlo en su residencia. El castillo acogió la ceremonia de su boda con Louise Rasmussen. Posteriormente, la pareja real renovó el castillo para adaptarlo a las innovaciones de la época. Entre otras novedades, se instalaron varias chimeneas y estufas para calentar las grandes habitaciones. Por desgracia, uno de estos nuevos aparatos de calefacción causaron un desastroso incendio el 17 de Diciembre de 1859. Una gran parte del interior se perdió durante el incendio pero la iglesia y el salón de audiencias sobrevivieron.
Desde 1878, el Castillo de Frederiksborg es la sede del Museo Nacional de Historia. Gracias a la labor filantrópica de J. C. Jacobsen, fundador de la firma cervecera Carlsberg, se reconstruyó prácticamente todo el edificio siguiendo los planos originales y se decidió convertirlo en un museo. El museo es un recorrido por 500 años de historia danesa ilustra con retratos, pinturas de historia, mobiliario y artes decorativas, desde la Edad Media hasta el siglo XXI.
El museo sigue siendo un departamento independiente de la Fundación Carlsberg.
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