El castillo de Hohenschwangau.
Construído sobre una antigua fortaleza de caballeros medievales.
Situado sobre una colina poblada de bosques entre dos lagos, el “Lago Alpestre” y el “Lago de los Cisnes”, el castillo se encuentra en la zona suroeste de Babiera cercana a la frontera con Austria, en el pueblo de Hohenschwangau.
El Castillo de Hohenschwangau fue edificado sobre las ruinas de una antigua fortaleza del siglo XII. El antiguo castillo llevaba en ruinas más de 700 años, y era la morada de los caballeros del Schwangau. Fue Maximiliano I, padre de Luis II, el que compró el terreno en ruinas de la antigua fortaleza e hizo levantar en 1833 hasta 1836 el Castillo de Hohenschwangau por el arquitecto Domenico Quaglio.
Maximiliano decidió crear un castillo de estilo neogótico. A primera vista, el castillo con sus tonos brillantes rosados, sus características torres de defensa, ventanales y torreones te hacen pensar en un castillo de cuentos.
En este castillo, Luis II, conocido como “El Rey Loco”, pasó gran parte de su infancia y juventud. Fue en Hohenschwangau donde comenzó su fascinación por el mundo legendario del caballero del Cisne de Lohengrin. Luis II sentía gran inclinación por las artes, fue gran mecenas y amigo de Richard Wagner que visitó con frecuencia el castillo.
En su interior destaca su decoración con bellos frescos inspirados en obras de Wagner y mobiliario sobrío estilo Biedermeier. En el primer piso, tenemos el Salón de los Caballeros del Cisne con diversas pinturas alegóricas a esta leyenda. Las habitaciones como en otros castillos de Babiera construídos por Luis II o su familia, tenían “nombres propios”; cada habitación pretendía ser un pequeño mundo, un homenaje a un tema concreto. En el segundo piso tenemos el Salón del Héroe, también con numerosos frescos alegóricos de leyendas.
Si visitas Babiera, no dejes de conocer el Castillo de Hohenschwangau, un verdadero castillo de cuento de hadas.
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